Lo que me mantiene vivo y lo que no me pudo matar (2008).Nuevamente una serie de autorretratos con una visión un tanto trágica de los acontecimientos, seguramente como consecuencia de un entorno desfavorable y un estado anímico tambaleante, por decirlo de alguna manera.
Nietzsche advierte aquello como un efecto secundario de la introspección, y hasta esa fecha mi obra se basaba casi prácticamente en el autoconocimiento. Para poder conocer el mundo primero hay que conocerse a sí mismo ¿no? La última pieza del cuerpo de obra, un autorretrato triple, es un fiel reflejo de aquello: mis pensamientos materializándose en yos múltiples. ¿Porque que hacemos en la reflexión sino torturar a nuestro subconsciente para conseguir respuestas? Es el efecto secundario del conocimiento.

En esa época fundamenté mi trabajo de la siguiente manera:
…Intenta expresar la carga emotiva que traen consigo los recuerdos, las imágenes de las vivencias, los pilares fundamentales que me constituyeron en el ser humano que soy en la actualidad…como mis recuerdos se convierten el los fantasmas del pasado, los malos momentos me atormentan en periodos de soledad e introspección…mis frustraciones se convierten en las pesadillas que por las noches me quitan el sueño y durante el día me impiden reposar por un solo instante.

Aquí comienza mi estudio de la teoría del color. Dejo un tanto de lado el dibujo para adentrarme de lleno en la pintura.